Recuerdos
Por Mario Herrera
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El Profe Julio Fernández Bulté |
Cuando matriculé Derecho en la
facultad de Educación a Distancia lo primero que me aconsejaron los más viejos
en la carrera, era asistir a las clases que coincidían con el calendario
nuestro. Como el que sabe, sabe y el que no, sufre, hice caso. Recuerdo que el
primer turno los lunes era Historia del Estado y del Derecho, que aburría un
poco y unos cuantos pescábamos musarañas en las nubes.
Ese primer lunes, a segunda hora, llegó uno de
los profesores que mejor huella ha dejado en mí. Aun medio dormido por la clase
anterior me preparaba para otra siesta, y el Profe llega y empieza a hacernos
anécdotas, y los dormidos nos despertamos. Un momento después nos dijo: “Cuba
es más democrática que Estados Unidos”. La cara que puse… probablemente la que
tiene usted ahora mismo. “Eso no se lo cree…”.Y siguió con los cuentos, y cada
cuento te sonaba. Abrí mi guía, eran los mismos temas. Presté atención más allá
de las historias.
“¿Qué es la democracia?”, decía, “La única
democracia real, solo ocurrió en Atenas cuando Geomoros y Demiurgos, que eran
una especie de clase media que incluía a mercaderes y artesanos, se unieron
para exigir que se escribiera el derecho y su participación en la vida política
de la sociedad que por supuesto no incluía a mujeres, niños o esclavos”.
Después dicen que Napoleón comenzó con aquello de que democracia era la
participación de la sociedad en la vida política pero de forma organizada.
“¿Recuerdan a Lennon con aquello de ´Power to
the people´? Bueno, eso es más o menos lo que significa la democracia, la
participación del pueblo en la toma de decisiones políticas de forma ordenada”.
Y uno prestaba atención. “El concepto que ustedes conocen no tiene nada que ver
con la realidad. Lo que pasa es que desde principios del siglo XX, la prensa
norteamericana comenzó a vender la idea de que democracia era todo un conjunto
de libertades. Ahí sí tienen más que nosotros. Les pongo un ejemplo: en Cuba
usted elige a su delegado de circunscripción, a la asambleas de poder popular,
etcétera, y si no está de acuerdo con la gestión de esta persona, existen los mecanismos
para que pueda removerla. Claro, a muchas personas no les conviene divulgar
esto y la gente no lo sabe, pero la norma jurídica está ahí y funciona. Eso no
quiere decir que se remueva a alguien por una perreta suya; hay un
procedimiento legal para ello. En Estados Unidos no. Usted se cree que
participa en unas elecciones justas, ya vimos lo que pasó con W. Bush, y
después no hay forma de sacarlo aunque todo el país esté en su contra. Richard
Nixon se fue por decisión propia, porque la presión era muy grande, porque no
era popular después de Watergate, pero no por un proceso legal de participación
popular. La mayoría está contra las guerras como lo estuvo contra la guerra en
Viet Nam, pero nada puede hacer. Eso sí, allí usted puede decir lo que le venga
en gana, pasear por dónde pueda pagar, comprar un auto, casa, lo que desee,
pero no participa ni de forma organizada o no de la vida política de la
sociedad, y nosotros sí, por eso Cuba es más democrática, con todo y sus
problemas, que Estados Unidos”.
Durante una hora y media escuché la clase, una
de las mejores a las que he asistido en mi vida. Se acerca octubre y me acuerdo
después de tantas noticias e informaciones democráticas del Profe Bulté, o El
Bulto, porque sabía un “bulto”, o del profesor- padre de la Facultad de Derecho
Julio Fernández Bulté. No fue esa la única vez que asistí a sus clases pero mi
calendario comenzó a chocar con el programa del curso regular diurno.
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