Por: La Vida
es Silbar
Amigo de los tiempos o mejor socito de los
buenos y malos momentos, o porque no hermano, que si no fue de sangre si fue de
experiencias únicas, recuerdo mis tiempos de maestro y guía en aquel bregar por
las calles de nuestra Centro Habana, aquellos hoteles, el Lido y su barrio
caliente, el Lincon con su cercanía al deseo y el Deauville, exquisito nombre
francés para un hotel de 3ra categoría, los tiempos de castigo en New York, que
no la ciudad sino aquel ripio que estaba (esta) en la esquina de amistad y
dragones. Cuantos momentos, verdad, el turismo, los turistas, la disco, los
lios, el malecón de mi ciudad con sus personajes de siempre, te acuerdas?
Aquella mujer vieja y gastada, borracha por
demás, que tenía el dudoso honor de ser de las primeras, Odalys creó si no me
engaña la memoria era su nombre, decían los que la conocían de antes, que había
sido un TROZO de mujer, con curvas pasmosa y que el “Manto” la había
trastornado la razón volviéndola un despojo y alcohólica.
El vendedor de ron, chino temba con una amiga
– novia de 25 años que hacia la calle o mejor dicho la acera y regalaba
botellas de ron a quien le convenía, por conveniencia claro está. Te acuerdas de la rubia, la del Camagüey,
imponente, a su paso se apagaban las estrellas, hermosa mujer de 19 años con
mas historias que Galiano y viviendo en aquel piso sobre piso de la Habana
Vieja, la misma que cuando dijiste que eras mi hermano, te dejo en eso y
esperando aquello y que, que cosas tiene el destino, hoy es ciudadana australiana.
Miles
de personajes de aquellos años, incluyéndonos a tí y a mí, todavía recuerdo un ciclón
y alguien corriendo porque “se había caído un edificio” y las risas de todos
los que esperaban abajo o un jefe entrando y viendo 16 BOTELLAS DE RON
alineaditas en la pared. ¡ ¡ ¡ 16 botellas entre 3 personas (incluyendo una
mujer que tomaba como un hombre) y solo en dos 2 (o fueron 3) días, coño si no
es un record es un buen average. ¿No?
A alguien decir que yo era una mala influencia
y empezar a ser “los renegados”, a ti poniéndome siempre la pala cuando mi ex-mujer de buen carácter y malas pulgas preguntaba que donde había pasado la noche y
siempre e invariablemente le decía en casa de Mario, hasta que un día decidió
como no quien quiere las cosas ver donde tu vivías, y en ese mismo momento se
jodío la coartada.
Tantas historias que volvieron a mi mente
cuando leí PASARELA EXHIBIT II, aquellos tiempos tan fuertes pero a la vez tan
intensos, años 90, bien malditos pero también bien felices, éramos tan jóvenes
entonces y veíamos la vida como una carretera que había devorar kilometro a
kilometro a 1000 por segundos, de verdad yo sigo mirándola así aunque sé de
amigos que ahora andan montando en avioncitos o en algún momento como diría
alguien, cogieron el barquito y nunca regresó, se olvidaron hasta de la calle
donde vivian por no decir ya de la carretera, pero bueno esa es la vida.
Lo
bueno de todo es que tu, yo y otros estamos y decidimos como dice otro poeta
“…a cuenta y riesgo vivir aquí en esta orilla.”
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