martes, 12 de noviembre de 2013

Amistad

Amistad


Por: La Vida es Silbar

 Amigo de los tiempos o mejor socito de los buenos y malos momentos, o porque no hermano, que si no fue de sangre si fue de experiencias únicas, recuerdo mis tiempos de maestro y guía en aquel bregar por las calles de nuestra Centro Habana, aquellos hoteles, el Lido y su barrio caliente, el Lincon con su cercanía al deseo y el Deauville, exquisito nombre francés para un hotel de 3ra categoría, los tiempos de castigo en New York, que no la ciudad sino aquel ripio que estaba (esta) en la esquina de amistad y dragones. Cuantos momentos, verdad, el turismo, los turistas, la disco, los lios, el malecón de mi ciudad con sus personajes de siempre, te acuerdas?
 Aquella mujer vieja y gastada, borracha por demás, que tenía el dudoso honor de ser de las primeras, Odalys creó si no me engaña la memoria era su nombre, decían los que la conocían de antes, que había sido un TROZO de mujer, con curvas pasmosa y que el “Manto” la había trastornado la razón volviéndola un despojo y alcohólica.
 El vendedor de ron, chino temba con una amiga – novia de 25 años que hacia la calle o mejor dicho la acera y regalaba botellas de ron a quien le convenía, por conveniencia claro está.  Te acuerdas de la rubia, la del Camagüey, imponente, a su paso se apagaban las estrellas, hermosa mujer de 19 años con mas historias que Galiano y viviendo en aquel piso sobre piso de la Habana Vieja, la misma que cuando dijiste que eras mi hermano, te dejo en eso y esperando aquello y que, que cosas tiene el destino, hoy es ciudadana australiana.
Miles de personajes de aquellos años, incluyéndonos a tí y a mí, todavía recuerdo un ciclón y alguien corriendo porque “se había caído un edificio” y las risas de todos los que esperaban abajo o un jefe entrando y viendo 16 BOTELLAS DE RON alineaditas en la pared. ¡ ¡ ¡ 16 botellas entre 3 personas (incluyendo una mujer que tomaba como un hombre) y solo en dos 2 (o fueron 3) días, coño si no es un record es un buen average. ¿No?
 A alguien decir que yo era una mala influencia y empezar a ser “los renegados”, a ti poniéndome siempre la pala cuando mi ex-mujer de buen carácter y malas pulgas preguntaba que donde había pasado la noche y siempre e invariablemente le decía en casa de Mario, hasta que un día decidió como no quien quiere las cosas ver donde tu vivías, y en ese mismo momento se jodío la coartada.
 Tantas historias que volvieron a mi mente cuando leí PASARELA EXHIBIT II, aquellos tiempos tan fuertes pero a la vez tan intensos, años 90, bien malditos pero también bien felices, éramos tan jóvenes entonces y veíamos la vida como una carretera que había devorar kilometro a kilometro a 1000 por segundos, de verdad yo sigo mirándola así aunque sé de amigos que ahora andan montando en avioncitos o en algún momento como diría alguien, cogieron el barquito y nunca regresó, se olvidaron hasta de la calle donde vivian por no decir ya de la carretera, pero bueno esa es la vida.
Lo bueno de todo es que tu, yo y otros estamos y decidimos como dice otro poeta “…a cuenta y riesgo vivir aquí en esta orilla.”






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