Por: Mario Herrera
“Quiero ser
cantante de Reggaetón”. Miro al costado y veo a un retaco que me resulta
familiar. “¿Y eso por qué?” “Simple, tú trabajas mucho, estudiaste un montón,
eres inteligente y ellos ni estudian ni estudiaron…” “Bueno, no generalices” “Dime
uno”, me retó. “Baby Lores, música”.
“Ok; el punto es
que no es la media, y andan en Tur, no
tienen que pensar mucho y encima las “jevitas”
están más buenas”.
Me puso a pensar. “Pipo,
¿Y ya tú piensas en “jevitas”? “Claro,
no ves que veo videos de reggaetón y eso es lo único que sirve. Con lo buenotas que están, no digo yo”.
Me descolocó mi
príncipe enano. “No seas viejo y cheo;
tú no tienes un yate para navegar mar afuera y muchas mujeres para ti. ¿Cuándo
en tu vida has hecho un trío?”
Se pasó de la raya pero hay que llegar al fondo del
asunto porque un niño de doce que te diga esas cosas es preocupante. “¿Por qué crees
que no lo he hecho, además, es importante para la vida?” “¿Eres cantante de
reggaetón? No, entonces no lo has hecho y eso es una experiencia religiosa. A mí me gusta Frank Delgado, Silvio,
Santiago, Varela, todos los buenos músicos que me has enseñado. Esa es la
música que de verdad me gusta pero Business
are Business”.
Yo no sabía si
estar maravillado o aterrado. La idea de mi niño que quiere ser cantante de
reggaetón no me es agradable pero con toda la atención que tiene el género, los
videos clandestinos, las guaguas, los boteros,
todos los reproductores, imaginen ustedes. Te vas al cumpleaños de un bebé, de
esos del primer año de vida donde el niño o niña ni se entera pero igual, la
familia tira la casa por la ventana, ¿y qué es lo que encuentras de música? Reggaetón.
“¿Al menos
intentarás hacer reggaetón inteligente?” “Papi, eso no existe; ya Baby Lores no canta casi, más bien
cambió de género” “O sea, evolucionó” “No sé, ya no se oye; el reggaetón de
buen gusto es la excepción de la regla, lo que hizo Shakira o Gilberto Santa
Rosa, o lo que hace Kola Loka, eso es raro. Fíjate en las entrevistas. Te dan
risa, mira a ese que tiene nombre de mascota rusa que dijo que a veces tenía
que sacar letras de donde no había y se señalaba la cabeza”.
“O sea, tienes
mala opinión de los reggaetoneros”. “Sí,
pero el trabajo paga bien y las ventajas son muchas”. “¿Solo por las ventajas?”
“Tranqui, Puro, que para cuando
crezca habrá cosas peores”.
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