Tema que ya tiene
tiempo, reclamo enorme de los pocos, de los que formamos parte de esa inmensa
minoría, que pone el futbol de nuestro país por delante del internacional, de
la influencia mediática y el consumo cultural que tanto “fanboy” ha generado.
Es un RECLAMO que va en mayúsculas, porque es
lo que queremos los cubanos, lo que necesitamos todos, incluso los que no queiren dar su brazo a torcer.
Queremos tener a los jugadores DE la selección EN la
SELECCIÓN. Las recientes palabras del entrenador cubano, Raúl Mederos, sin
tapujos, son un reflejo de la necesidad que él, como director técnico, tiene de poder
contar con estos jugadores que, como máximo responsable del equipo, y su cuerpo
técnico, decidan.
Más allá de lo
deportivo, se trata de un caso deprimente de falta de visión política por parte
de quienes impiden la llamada. Falta de visión porque contradice lo que el
estado cubano lleva tiempo con una promoción tremenda: la unidad y una Cuba con todos
y para el bien de todos.
Médicos cubanos
que regresan, músicos que relanzan su carrera desde Cuba, y muchos de ellos con
declaraciones fortísimas contra la propia Revolución. Repatriados,
participación en Referéndum Constitucional, son algunos de los ejemplos de esa
nueva Cuba, que parece tener como punto y aparte, al deporte.
No solo el futbol,
el voleibol con aquellos atletas que no se dan por vencidos y quieren, e
insisten, en jugar para el país que los formó.
Es hora de
reclamo.
Los que se esconden en normas inexistentes, o que al menos, este servidor
no puede encontrar, de supuestas subordinaciones de FIFA a COI, no entienden lo
que está en juego: La credibilidad del proceso revolucionario, como mínimo.
Los acontecimientos,
tristes acontecimientos, ocurridos en días recientes, dan fe de que los errores
políticos se pagan caros, más en estos tiempos, y que ya no existe el silencio
total. Es una política errada, y cobarde, la de no hablar al respecto porque “ya
se callarán”.
¿Saben qué? No lo
haremos. Es un RECLAMO.
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