martes, 6 de mayo de 2014

Malas noticias... ¿matar al mensajero?

Por: István Ojeda Bellosábado, 3 de mayo de 2014, Tomado de Cubaizquierda

Con peligrosa reiteración estamos asistiendo a la peor de las respuestas de algunas instituciones cubanas ante los señalamientos críticos de la prensa. Es, en síntesis, emprenderla con el heraldo si trae un mensaje poco halagüeño.

El mes pasado Trabajadores, desde su sección Buzón abierto, hacía notar que una comisión investigadora del Consejo de la Administración Provincial de La Habana antes de interesarse por sancionar a los funcionarios implicados, primero le preocupó cómo el periodista del mencionado periódico se había enterado de que se cambió arbitrariamente el orden de cremación entre dos cadáveres en una funeraria capitalina.
Más recientemente la Asociación de Fútbol de Cuba parece haber respondido en agrios términos a la cobertura hecha por el reportero Raynol Paz Carmenate del incidente que involucró a los equipos de Las Tunas y Ciego de Ávila, cuando el primer impidió el cobro de un penal durante un partido realizado en municipio tunero de Manatí.
Aunque en su reporte del desafío Paz Carmenate trató, con más o menos acierto, de ponerse a medio camino y objetar por igual la actitud de los jugadores de Las Tunas y las claras equivocaciones del árbitro, obviamente la Asociación esperaba otra cosa.
A juzgar por la carta abierta de Paz Carmenate al ente superior del balompié en este Archipiélago, a la Asociación le preocupó probablemente más cómo él reportó los hechos que evaluar en profundidad las deficiencias del campeonato doméstico del más universal de los deportes.
Curiosamente mientras cada hecho vinculado con el arbitraje así como de violencia entre jugadores de béisbol fue ventilado públicamente en los medios nacionales cubanos durante este año, no está pasando lo mismo con sucesos parecidos que han estado ocurriendo en el certamen de primer nivel del fútbol; acontecimientos de cuyas implicaciones sí se han ocupado  los órganos de prensa locales.
Solo que ahora las nuevas tecnologías están reduciendo las distancias y periodistas fuera de la capital del país están dando a conocer al mundo mediante las ediciones digitales de sus medios o por sus blogs, eventos futbolísticos nada felices como el  “acto de desobediencia” (por decirlo delicadamente) de los jugadores de Las Tunas.
¿Sería ese reflejo más allá de las fronteras del incidente en Manatí lo que realmente molestó a la Asociación de Cubana de Fútbol? Ahora mismo no es posible afirmarlo con certeza pues la misma no hizo ningún pronunciamiento público al respecto; mas la carta abierta de Paz Carmenate indica claramente que, al menos él, sí recibió algún tipo de misiva nada agradable por parte de la Asociación.
En el pasado reciente también se supo de la agresión física sufrida por un fotógrafo de Matanzas mientras cubría en Villa Clara el play off semifinal entre los equipos de ambas provincias durante la 53 Serie Nacional deBéisbol. Más tarde Víctor Mesa (manager de los Cocodrilos yumurinos) se manifestó en términos denigrantes y ofensivos contra la prensa y en particular contra los estudiantes de Periodismo. Como remate las conferencias de prensa en la fase del propio torneo, a regañadientes, solo fueron para los ganadores.
¿Qué tienen en común todos los hechos hasta aquí descritos?
Primero que a las instituciones, personas de relevancia pública e incluso a ciertos aficionados al deporte, no les hace ninguna gracia escuchar opiniones contrarias o simplemente divergentes.
Es una reacción natural, cierto, pues a nadie (a la prensa tampoco) le gusta que la critiquen. Pero si no señalamos como negativas la transformación en acciones de esos pensamientos estaríamos legitimando la negación del derecho que a todos nos asiste a tener y expresar responsablemente la opinión. Las críticas pueden molestar, sin embargo la reacción no puede ser querer matar al mensajero cuando trae malas noticias.

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