Por: Mario Herrera
Esta ha sido una semana intensa
en el panorama deportivo cubano. Por un lado, la Serie Nacional de Beisbol nos
deparó el duelo Industriales-Santiago de Cuba.
El súper clásico de la pelota
cubana decepcionó a la afición beisbolera. Primero, por las suspenciones a
causa de las lluvias, y segundo, porque el desafío celebrado el pasado domingo,
fue, a criterio de ambos managers, un desastre de juego.
De hecho, el propio
mentor de los azules, Rey Vicente Anglada, confesó que era de los peores
partidos de beisbol que había visto jamás. Mientras, Eriberto Rosales, director
de las avispas santiagueras, abogaba por la creación de una academia de
lanzadores.
Para que se tenga una idea, el choque se decidió en el final de la
novena entrada, con jit de Yoandri Urgellés, para los Industriales, locales,
por demás. 13 carreras por 12 fue el resultado final. NO es solo la cantidad de
carreras, se conectaron 29 imparables, 17 de Santiago, y 12 de Industriales, se
cometieron 6 errores, 2 del equipo oriental y cuatro de los azules. El choque
llegó a la parte alta de la séprima con ventaja de Industriales 12 a 7, y ya
ven ustedes cómo se decidió.
El tema de la lluvia, es otra historia. Antes, los
aficionados se quejaban de la llegada de la temporada de aguaceros en medio de
los Play Off, porque la serie comenzaba a fines de noviembre, supuestamente
tiempo seco, y culminaba a mediados de mayo, el mes más lluvioso.
Pero resulta
que existe un fenómeno cuasado por el hombre, llamado Cambio Climático, y ahora
lo mismo caen aguaceros en época de lluvia, que en tiempos secos.
Si hacemos
una memoria corta, la primera edición de Titan Tropic, en 2015, se hizo más
difícil debido a las intensas lluvias caídas en diciembre de ese año, que
además, dañaron gran cantidad de cultivos pues era tiempo invernal en Cuba.
O
sea, ya no hay un tiempo seguro de lluvias y uno de sequías… Las lluvias
estarán en cualquier momento debido afenómeno que muchos irresponsables achacan
a agendas de izquierdas para fines antiamericanos y demás.
Otro evento ha sido
el NORCECA sub 21 de voleibol, celebrado en la capital cubana. Sin mucho público
y con rivales de nivel inferior, la otrora sede de eventos como la Liga Mundial
de Voleibol, ese mismo lugar en el que no cabía nadie más, ha quedado a deber
en cuanto a seguimiento del voley cubano. Mientras, en Tegucigalpa, Honduras,
un equipo femenino de esta disciplina, sub 18, parece revivir lauros de los
tiempos de las espectaculares morenas del caribe, o, al menos, han mostrado
temple para ambicionar jugar al voleibol, un cambio demandado por las propias
exjugadoras cubanas tras la pálida actuación en los centroamericanos de
Barranquilla.
Por cierto, el miércoles 12 de septiembre, el equipo mayor del
voly cubano, comenzará su accionar en el campeonato mundial con sedes
compartidas entre Bulgaria e Italia.
Nada se ha dicho, y no creo se haga, de
convocar a los cubanos residentes en el extranjeros, que migraron de forma
legal y ordenada, tal y como pueden hacer hoy los conjuntos de balonmano, y
futbol.
Será lamentable no hacerlo. Peor, el debut cubano frente a Polonia,
tendrá un sabor amargo para nuestro país, pues, por el conjunto polaco,
Wilfredo León, para la mayoría de los especialista de este deporte, el mejor
jugador del mundo, vestirá el uniforme rojo y blanco de los europeos.
Con los
jugadores que migraron antes de 2013, seríamos serios candidatos a la final. Sin
ellos, veremos.
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