jueves, 16 de julio de 2015

El gran examen



Por: Mario Herrera
 
 El partido contra Guatemala lo esperaba desde la noche anterior como cosa buena. Los resultados del Costa Rica - Canadá, Jamaica y El Salvador, me dejaban una felicidad tremenda porque todo dependía de nosotros.
 Ayer venía a trabajar sonriente, con mi camiseta de la selección, la ganadora de Marcel que tenía puesta cuando anotó aquel golazo a Trinidad y Tobago en la Copa del Caribe 2012. La sonrisa duró poco.
 Conocí desde temprano la decisión de mi buen amigo Darío Suárez de no seguir con el equipo. Sí, el Capitán Planeta no sería una posibilidad y aunque no había lucido a su verdadero nivel, era una opción que le daba a nuestra selección un plus ofensivo tremendo.

 Llegó la hora del partido. Me enganché los audífonos para que nadie me molestara. Vi segundo a segundo a un Cuba que nada tuvo que ver con lo sucedido frente a México y más parecido a lo que se jugó contra Trinidad pero con una versión mejorada.
 El golazo de Maikel Reyes me arrebató un grito de alegría tremendo que nadie entendió dónde estaba hasta que todos miraron la pantalla. Después la preocupación de que no nos empataran. Solo unos poquísimos creíamos en ese milagro.
 La celebración, el llanto de unos, la gritería. No había terminado de bajar y conectarme y ya estaban en las redes sociales y Sandy Sánchez me mandaba el video de la celebración en el camerino. Terminé mi jornada pasada la medianoche. Más de catorce horas de trabajo para dormir felizmente así y dar la primicia en la televisión nacional con imágenes incluidas para quien estuviera despierto a esa hora. “Cuba enfrentará a Estados Unidos en cuartos de final”. Me encantó esa frase.
 Hoy era un día feliz para mí. Como hacía tanto tiempo no hacía, dormí un poco más de la cuenta. Me llamó otro gran futbolista cubano, Yordan Santa Cruz y me lanzó desde Cienfuegos un tanque de agua fría con hielitos y todos: “Ariel se quedó”. “No, fue Arael Arguelles”. “No, Ariel se despidió del profe y se fue”.
 Vine a buscar la confirmación de un error, pero no había ninguno: “Solo quiero jugar fuerte, es lo único que te puedo decir”, me comentó así el flaco, el principal referente ofensivo cubano, uno de los más talentosos que hay en todo este torneo, quizás de toda CONCACAF, un perfecto desconocido que lamentablemente terminará en una liga independiente en Estados Unidos cuando puede jugar en cualquier equipo de la Liga mexicana  o la MLS. Ojalá y así sea.
 Entonces me quedo y pienso en el resto del grupo y los cambios que se harán para suplir la baja. La formación quizás vea la entrada de Cervantes o Libán Pérez por Ariel. La verdad, creo que se le puede ganar a Estados Unidos aun sin él.
 Recuerdo el partido contra México. Más de cincuenta mil aficionados que te gritan en contra, vas frente al “Gran Favorito”, al cacique de esa aldea y desde el principio los cubanos entraron intimidados. Ahí mismo se perdió el encuentro.
 Contra los norteamericanos pasará lo mismo en cuanto al público que presionará duro pero si los miramos como si fueran superiores, perdemos antes de salir. La llegada de los jugadores de la sub-23 es un aliciente para esta nave porque ellos no respetan a ningún rival, no le temen a nadie y esa es la mentalidad fundamental que han de sacar al terreno de juego.
 Les pondré además otras consideraciones. El centro del campo es el punto más débil de nuestra formación. Analizados los highlights contra México, pude ver que 7 ataques fueron por el centro y encontraron posibilidad de entrar. Frente a Trinidad se vieron cinco ataques por esa misma zona y los goles llegaron por ahí. Es que Diz Pe se pone unos pasos por delante de Jeniel y pican la pelota entre ambos para aprovechar la lentitud del villaclareño. Los contenciones no llegan a tiempo porque confían en que resuelvan los centrales y siempre hay un jugador que viene desde atrás y se posiciona en la frontal del área a esperar un balón que llega con facilidad. Guatemala quiso entenderlo y jugar al trazo entre ellos.
 La conexión en la banda derecha seguro será más cortada porque desde la llegada de Andy, es la banda que da más posibilidades de salida. Ahora sin Ariel será un punto a favor de los norteños (es ahora cuando más extraño a Yordan y Aricheell). Supongo que tratarán de jugar más por la banda derecha y el centro. Yaisniel Nápoles hizo un buen trabajo defensivo y con algunas buenas incorporaciones en ataque; para mí Jorge Corrales si no está bien, no debe abrir y jugársela con los camagüeyanos. Quizás Mandy pueda ayudar en eso.
 Clavelo va a tener que sacrificarse mucho más para darle a Daniel la posibilidad de atacar más y si el partido está cerrado, que entre Hannier en el segundo tiempo.
 Por Estados Unidos hay que cuidarse de la velocidad del 20 Gyasi Zardi. Esa será tu marca Arturo porque aparece por tu zona. No le des ni un metro porque te la hace, si te muestras sólido, habrá que cambiar.
 Clavelo, cuídate de Clint Dempsey, florea mucho sobre la frontal de área, y de vez en cuando saca un latigazo y aparece cuando todos se acomodan a verlo florear y dispara bien con las dos piernas desde fuera del área.
 Hay que apretar los dientes en cada entrada, como si les hubiesen  ofendido y ustedes quieren respeto, así de duros hay que jugarles. Ellos no han tenido un buen torneo pero resuelven con una llegada. Son efectivos.
 Sobre todas las cosas, no les tengan miedo, son jugadores igual que ustedes, con un mismo objetivo, y este grupo norteamericano no es técnicamente muy superior a ustedes.
 Beto, tienes que tener mayor efectividad en los pases, has lanzado muchas pedradas innecesarias y si juegas como interior, presiona fuerte a Bradley, la salida de ellos depende de él. Por lo que he visto usan poco la banda izquierda. Andy se tendrá que cuidar en las subidas que haga y reacomodarse para evitar estragos si se pierde el balón.
 Amigos. No puedo decirles nada más. Estoy orgulloso de ustedes y sé que pueden dar una mayor sorpresa aunque ya nadie cuenta con ello. Estaremos acá para ustedes.

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