Por: Mario Herrera
Mientras el mundo
disfruta de la Copa Mundial con sede en Rusia, en Cuba culminó el pasado fin de
semana la Liga Nacional. Santiago de Cuba volvió a ganar la corona, en dura porfía
con Ciego de Ávila, tanto así, que el cierre de la liga fue un duelo entre
estos dos equipos, con igualdad de puntos en la tabla, pero con ventaja para
los avileños por ganar la ida 1-0 como locales.
Los Diablos Rojos de Santiago,
no creyeron en favoritismos, ni en el poder goleador del mejor delantero de
Cuba en este momento, Sander “Keko” Fernández, que recién regresaba de la Liga
en Antigua y Barbuda, con premios importantes. Los rojos ganaron con tanteador
3-1.
La liga cubana es compleja: primero se juega un torneo de ascenso, que la Asociación
mal llama segunda división. Los dos primeros suben a primera.
En este ascenso
participan los dos últimos de la temporada anterior, de un total de 12 equipos,
y otros 5 que esperan un año para poder volver a jugar. Se celebra en unos 15 días
la totalidad de los encuentros. Luego, hay una fase de grupos a dos vueltas en
una sede fija en la primera vuelta, y una en la segunda ronda. Luego, los dos primeros
de cada una de las 3 llaves, juegan la liguilla y el que más puntos acumule,
queda campeón.
Así explicado, parece fácil, pero es lo más anti espectáculo que
alguna vez he escuchado.
De vuelta a Santiago, en la temporada 2017 lograron un
título, el primero en su historia, y lo hicieron de manera invicta, con el
italiano Lorenzo Mambrini como entrenador.
38 partidos después, en la última
vuelta de la segunda ronda de la fase de grupos, perdieron ese invicto a manos
de La Habana. Los capitalinos jugaron sin dirección técnica, pues Mambrini, dejó
a los Diablos para dirigir su gran sueño, La Habana, y de paso colarse en la
selección nacional, pero el plan solo resulto a medias, y tras el primer
partido en primera con los azules, alegó problemas familiares y dejó al equipo,
solo para enterarnos después que sus problemas se llaman Chacharitas y jugaban
en tercera de Ecuador.
El resto del colectivo dejó al conjunto a la deriva y
fueron Andy Baquero, y el entonces suspendido por acumulación de tarjetas, Eddy
Sanamé, quienes organizaron a los otros 11 jugadores que quedaban, trazaron la
estrategia, y les rompieron el invicto a los santiagueros.
Así es nuestra liga.
Los habaneros volverán al torneo de ascenso. No tienen cabeza en la dirección del equipo.
También Villa Clara ira al descenso. Imaginen al Real Madrid y al Barcelona en
segunda, con ganas de llegar a primera.
La buena este año fue el regreso de
Pinar del Rio, otro histórico en nuestro futbol, relegado por 5 años a segunda.
Y regresó por todo lo alto pues culminó en la tercera posición de la liga. La
selección de los refuerzos fue fundamental. Sí, en el mundo se ficha, nosotros
tomamos refuerzos de los equipos que no pasan a la siguiente ronda.
Santiago eligió,
sabio, por supuesto, al mejor futbolista de Cuba, Yordan Santa Cruz, además a
Eddy Sanamé, el mismo que les quito el invicto como estratega, y aunque ustedes
no lo crean, tanto él como Andy Baquero, no pasan de 22 años. Por cierto, Andy reforzó
a Pinar. Ciego pidió poco y confió en el regreso de Keko, que rindió, como era
de esperar, sus frutos
En fin, Santiago gano por mérito propio, y sin dejar
duda alguna, ante un Ciego que fue implacable. Como les mencioné antes, al
descenso irán La Habana y Villa Clara, los dos equipos más ganadores del futbol
en Cuba.
Ahora vendrá un descanso. Según el diario Juventud rebelde, luego
viene una convocatoria que solo tendrá a jugadores de la Liga Cubana, quienes harán
una gira de preparación en Chile. No estarán los cubanos residentes legalmente
fuera de Cuba como se había anunciado, quiero pensar que se trata de que los
clubes no darán los permisos para un viaje de un mes de sus jugadores, y no, un
cambio de echarse para atrás. La mira esta fija en clasificar, con la Liga de
Naciones, a la venidera Copa Oro, y entonces sí, llevar a los que regresan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario