La
Unión Ciclista Internacional (UCI) no permitirá trampas. El organismo busca
transparencia y limpiar su imagen y es por ello que, en vísperas del Giro de
Italia, advirtió a aquellos que busquen ayuda externa para mejorar su
rendimiento que está “en condiciones de encontrar toda forma de trampa
mecánica”.
Así,
cualquiera que quiera usar motores camuflados, imanes o baterías escondidas en
el cuadro, podrían ser detectados y sancionados, gracias a que la UCI ha
implementado un test por resonancia magnética, el cual ya dio sus primeros
resultados al descubrir a la belga Femke Van den Driessche, quien fue
suspendida por 6 años.
De
acuerdo con el presidente de la UCI Brian Cookson, dijo que el organismo está
tomándose en serio el dopaje mecánico y dijo a los tramposos: “Si utilizan este
método, les atraparemos”, recalcó.
El
nuevo sistema de resonancia magnética, según Cookson “puede detectar toda forma
de fraude tecnológico” y su efectividad no está en duda. Este test fue
utilizado por primera ocasión en enero pasado durante el Mundial de
cross-country en Bélgica, evento en el que fue descubierta Van de Diressche,
aunque ella sigue alegando que la bicicleta
la que controlaron no era suya.
Según
el organismo, en lo que va del año se han hecho 2,500 tests de resonancia
magnética, pero al finalizar el año se contabilizarán entre 10,000 y 12,000
controles para detectar cualquier forma de dopaje mecánico.
El
método de escaneado, de acuerdo con las autoridades del ciclismo mundial, es
mucho más eficaz que los rayos X, imágenes térmicas y ultrasonidos y funciona a
través de una Tablet, un adaptador y un software desarrollado especialmente
para escanear una bicicleta por completo en menos de un minuto y es capaz de
detectar de inmediato cualquier anomalía.
El
tema del 'dopaje mecánico' ha sido de interés para la prensa desde hace tiempo,
pero volvió al primer plano de la actualidad tras la reciente emisión de un
reportaje en el espacio Stade 2 de la televisión pública francesa en el que
supuestamente se demostraba el uso de motores camuflados en las bicicletas de
competición gracias a cámaras térmicas, aunque sin dar los nombres de los
supuestos tramposos.
El
director técnico de la UCI Mark Barfield aseguró que son los propios equipos
ciclistas los primeros que "reclaman estos controles".
En
la pasada Vuelta a Romandía, ganada por el colombiano Nairo Quintana, se
realizaron 507 controles a bicicletas, sin que se detectase ningún fraude
tecnológico.
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