Por: Mario Herrera
Era muy bueno para ser verdad.
La administración de
Barack Obama dejó una directriz en la que señalaba que la Federación Cubana de
Beisbol era una entidad independiente del Estado Cubano y, a partir de ese
punto, comenzó un trabajo serio por parte de la Major League Baseball para buscar frenar el tráfico de personas y
otros delitos asociados, por parte de contrabandistas que buscaban, en Cuba, a
los mejores prospectos o jugadores interesantes, para, con la promesa de llegar
a las Grandes Ligas, sacarlos de manera ilegal e insegura, a terceros países, a
cambio del 40 o 50 % de lo que lograran pactar.
La historia es mucho más fuerte
y dura, y hay testimonios de películas de terror o suspense, pero ciertos .