Por: Mario Herrera
El partido contra
Guatemala lo esperaba desde la noche anterior como cosa buena. Los resultados
del Costa Rica - Canadá, Jamaica y El Salvador, me dejaban una felicidad
tremenda porque todo dependía de nosotros.
Ayer venía a
trabajar sonriente, con mi camiseta de la selección, la ganadora de Marcel que
tenía puesta cuando anotó aquel golazo a Trinidad y Tobago en la Copa del
Caribe 2012. La sonrisa duró poco.
Conocí desde
temprano la decisión de mi buen amigo Darío Suárez de no seguir con el equipo.
Sí, el Capitán Planeta no sería una posibilidad y aunque no había lucido a su
verdadero nivel, era una opción que le daba a nuestra selección un plus
ofensivo tremendo.
Llegó la hora del
partido. Me enganché los audífonos para que nadie me molestara. Vi segundo a
segundo a un Cuba que nada tuvo que ver con lo sucedido frente a México y más
parecido a lo que se jugó contra Trinidad pero con una versión mejorada.
El golazo de
Maikel Reyes me arrebató un grito de alegría tremendo que nadie entendió dónde
estaba hasta que todos miraron la pantalla. Después la preocupación de que no
nos empataran. Solo unos poquísimos creíamos en ese milagro.
La celebración, el
llanto de unos, la gritería. No había terminado de bajar y conectarme y ya
estaban en las redes sociales y Sandy Sánchez me mandaba el video de la
celebración en el camerino. Terminé mi jornada pasada la medianoche. Más de
catorce horas de trabajo para dormir felizmente así y dar la primicia en la
televisión nacional con imágenes incluidas para quien estuviera despierto a esa
hora. “Cuba enfrentará a Estados Unidos
en cuartos de final”. Me encantó esa frase.
Hoy era un día
feliz para mí. Como hacía tanto tiempo no hacía, dormí un poco más de la
cuenta. Me llamó otro gran futbolista cubano, Yordan Santa Cruz y me lanzó
desde Cienfuegos un tanque de agua fría con hielitos y todos: “Ariel se quedó”. “No, fue Arael Arguelles”.
“No, Ariel se despidió del profe y se fue”.
Vine a buscar la
confirmación de un error, pero no había ninguno: “Solo quiero jugar fuerte, es lo único que te puedo decir”, me
comentó así el flaco, el principal referente ofensivo cubano, uno de los más
talentosos que hay en todo este torneo, quizás de toda CONCACAF, un perfecto
desconocido que lamentablemente terminará en una liga independiente en Estados
Unidos cuando puede jugar en cualquier equipo de la Liga mexicana o la MLS. Ojalá y así sea.
Entonces me quedo
y pienso en el resto del grupo y los cambios que se harán para suplir la baja.
La formación quizás vea la entrada de Cervantes o Libán Pérez por Ariel. La
verdad, creo que se le puede ganar a Estados Unidos aun sin él.
Recuerdo el
partido contra México. Más de cincuenta mil aficionados que te gritan en
contra, vas frente al “Gran Favorito”, al cacique de esa aldea y desde el principio
los cubanos entraron intimidados. Ahí mismo se perdió el encuentro.
Contra los
norteamericanos pasará lo mismo en cuanto al público que presionará duro pero
si los miramos como si fueran superiores, perdemos antes de salir. La llegada
de los jugadores de la sub-23 es un aliciente para esta nave porque ellos no
respetan a ningún rival, no le temen a nadie y esa es la mentalidad fundamental
que han de sacar al terreno de juego.
Les pondré además
otras consideraciones. El centro del campo es el punto más débil de nuestra
formación. Analizados los highlights contra México, pude ver que 7 ataques
fueron por el centro y encontraron posibilidad de entrar. Frente a Trinidad se
vieron cinco ataques por esa misma zona y los goles llegaron por ahí. Es que
Diz Pe se pone unos pasos por delante de Jeniel y pican la pelota entre ambos
para aprovechar la lentitud del villaclareño. Los contenciones no llegan a
tiempo porque confían en que resuelvan los centrales y siempre hay un jugador
que viene desde atrás y se posiciona en la frontal del área a esperar un balón
que llega con facilidad. Guatemala quiso entenderlo y jugar al trazo entre
ellos.
La conexión en la
banda derecha seguro será más cortada porque desde la llegada de Andy, es la banda
que da más posibilidades de salida. Ahora sin Ariel será un punto a favor de
los norteños (es ahora cuando más extraño a Yordan y Aricheell). Supongo que
tratarán de jugar más por la banda derecha y el centro. Yaisniel Nápoles hizo
un buen trabajo defensivo y con algunas buenas incorporaciones en ataque; para
mí Jorge Corrales si no está bien, no debe abrir y jugársela con los camagüeyanos.
Quizás Mandy pueda ayudar en eso.
Clavelo va a tener
que sacrificarse mucho más para darle a Daniel la posibilidad de atacar más y
si el partido está cerrado, que entre Hannier en el segundo tiempo.
Por Estados Unidos
hay que cuidarse de la velocidad del 20 Gyasi Zardi. Esa será tu marca Arturo
porque aparece por tu zona. No le des ni un metro porque te la hace, si te
muestras sólido, habrá que cambiar.
Clavelo, cuídate de
Clint Dempsey, florea mucho sobre la frontal de área, y de vez en cuando saca
un latigazo y aparece cuando todos se acomodan a verlo florear y dispara bien
con las dos piernas desde fuera del área.
Hay que apretar
los dientes en cada entrada, como si les hubiesen ofendido y ustedes quieren respeto, así de
duros hay que jugarles. Ellos no han tenido un buen torneo pero resuelven con
una llegada. Son efectivos.
Sobre todas las
cosas, no les tengan miedo, son jugadores igual que ustedes, con un mismo
objetivo, y este grupo norteamericano no es técnicamente muy superior a ustedes.
Beto, tienes que
tener mayor efectividad en los pases, has lanzado muchas pedradas innecesarias
y si juegas como interior, presiona fuerte a Bradley, la salida de ellos
depende de él. Por lo que he visto usan poco la banda izquierda. Andy se tendrá
que cuidar en las subidas que haga y reacomodarse para evitar estragos si se
pierde el balón.
Amigos. No puedo
decirles nada más. Estoy orgulloso de ustedes y sé que pueden dar una mayor
sorpresa aunque ya nadie cuenta con ello. Estaremos acá para ustedes.
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