Por: Mario Herrera
La selección de
futbol de Cuba que participa en la Copa Oro 2019, ya está eliminada. Acabó con
10 goles permitidos en solo dos encuentros.
Este domingo enfrentarán a Canadá
en su despedida oficial.
La verdad, no puedo culpar a los muchachos de lo
sucedido, amén incluso, de errores puntuales que forman parte del juego.
Ellos,
hicieron lo mejor posible, sabían que nosotros, desde nuestras casas, estábamos
atentos a lo que sucediera con ellos. No querían hacernos quedar mal a los
pocos, a los poquísimos, que de veras seguimos el fútbol de nuestro país, aun
con todas sus carencias, de terrenos, condiciones, gradas, afición real. Solo
unos pocos felices soñamos con el balón en los pies, y los pies en la tierra.
EL problema es más profundo.Viene con conceptos errados en la administración
del torneo local, y errores que se arrastran en el manejo de la selección.
El
resultado final, es un grupo feliz de detractores del fútbol cubano que se han
dado banquete en críticas a que se apoye o transmita el nuestro en eventos
internacionales, que se gaste un centavo en llevarles a los cubanos, nuestro,
sí, nuestro fútbol. Bueno, malo, carente, creciente, con problemas, pero es
nuestro fútbol. Demasiados inconformes que no entienden cosas elementales.
Muchos seguidores de otras selecciones, de otros países, que prefieren sufrir
por ellos y burlarse de los nuestros.
Es el resultado de todo un proceso en el
que se han cometido errores en todas las líneas. Algunos creyeron que verían a
un equipo súper dotado de virtudes, pero, con todas las carencias que existen,
no logran darse cuenta que es imposible.
Hay selecciones que lo tienen todo, con
todas las condiciones, y no juegan bien, ¿cómo exigirle a una que no las tiene
que juegue como los mejores?.
Hoy, cada crítica a los muchachos me duele, y
es mi trabajo analizar sus movimientos en el juego, los correctos y los que no
lo son, de la manera más objetiva posible, pero lo dije en la trasmisión el
pasado miércoles: No es culpa de los muchachos. Hay que revisar todo el
proceso, desde la base, desde el año 2015, y diría que antes, hasta la actualidad,
pero no debe ser revisado por los mismos de siempre, porque están viciados de
los mismos errores que nos han traído hasta aquí.
Recuerdo ahora, a Santiago Feliú
cuando dijo: No eres tú, son los demás…
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