Por: Mario Herrera
Bajo alerta de
derrumbe, La Bombonera de San Cristóbal recibió a más de medio millar de
personas, para disfrutar del choque entre La Habana y Artemisa, correspondiente
a la fecha 2 del Torneo Nacional de Academias, U-23, de 2018.
Una primera mitad
con dominio alterno y sin claridad, debido a las pésimas condiciones del campo
de juego. Ambos conjuntos salieron con planteamientos que pretendían dominio en
sus estilos: La Habana quiso en ofensiva, mientras los artemiseños apostaron al
contragolpe con la presión alta, pero no podían ni lo uno, ni lo otro y los
primeros cuarentaicinco terminaron sin goles.
La segunda parte
fue más de lo mismo, matizada por jugadas del laboratorio del Tindi Elejalde, y
sobre todo, por la absurda expulsión de Orlando Corvo, de Artemisa, por doble
amonestación. Cabe resaltar que la segunda se debió a que el jugador, molesto
con su DT, Osmín Hernández, debido a su sustitución, se quitó la camiseta en
señal de protesta con su equipo, y se ganó la penalización, y probablemente, su
no convocatoria en encuentros venideros. Fue un verdadero acto de inmadurez.
Cero a cero que
los deja tal y como estaban, con los azules de la capital en la cima de la
región occidental, debido al gol average, y sin conocer aún el resultado del Pinar-Matanzas.
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