Por: Mario Herrera
Lamentablemente,
no pude estar en la conferencia de prensa del pasado viernes, pero, visto lo
redactado por Cubadebate, y Juventud Rebelde, más, lo que hará seguramente
Futbol por Dentro, y lo que conocía de antemano y compartimos con ustedes, a
través de nuestro espacio, no hay mucho más que agregar en el tema.
Todo queda
entonces, en campo del DT Raúl Mederos.
Ya es conocida la lista de seis jugadores que son
interés de AFC, de cara al duelo contra República Dominicana, fundamentalmente
por cuestiones de tiempo y normas jurídicas plasmadas por FIFA.
Me queda siempre
el aquello, de que podemos pedir más.
Si bien es cierto,
que las condiciones de hoy día, son diferentes a las de hace años atrás. SI
nuestra política permite que los médicos que abandonaron misiones en cualquier
parte del mundo, regresen a Cuba y a su empleo (sin ánimos de comparar la
importancia de unas y otras); si bien es cierto, que les pedimos a los cubanos
residentes en el extranjero, sea cual fuere la forma en que hayan migrado, que
participen en nuestra reforma constitucional, con todo el respeto que merece semejante proceso. Si todo este
cambio es posible, creo entonces, que hay que revisar otras alternativas.
Como siempre he
expresado, la convocatoria de jugadores que abandonaron (no me gusta el término
deserción) a la selección en eventos internacionales, es complicado, y defiendo
no se haga, no por cuestiones políticas, sino por el hecho de que quien lo
hizo, abandonó a su compañero cuando éste más lo necesitaba. Es una cuestión de
disciplina, amén, criterios de otros que no lo ven así.
Pero, si vamos a
ser justos, eso no nos corresponde a nosotros creernos dueños absolutos de la
verdad. Si existiera la posibilidad, remota al menos, de tratarse este tema, tendrá
que ser entre los directivos de AFC, los entrenadores que han sufrido la salida
de jugadores, y han perdido posibilidades reales debido a esa causa, los
jugadores de la selección, tanto de esta, como las generaciones que vieron
salir a sus compañeros entes de tiempo, y los jugadores que vienen con una
mentalidad distinta por el lugar en que crecieron. Lo que decida ese grupo ha
de ser, como decimos en Cuba, Santa Palabra.
Y mientras unos,
con ganas de hacer daño, más que de construir, atacan las decisiones del
cambio, en vez de celebrarlas, este servidor quisiera compartir otros nombres a
tener en cuenta:
Alberto “Beto”
Gómez. ¿Quién fue el que permitió que su nombre no estuviera más en la lista de
convocables? ¿A quién se le olvidó este gran jugador? No hablaré de lo que es o
no, capaz de hacer.
Eugenio Palmero ha
tenido una excelente temporada con el Vega Real. ¡Keko Fernández!.
Pero, salidos de
Cuba, se me ocurren nombres como el de Arturo Diz Pe. Y es un caso excepcional,
porque no abandonó a la selección. Tras el tema de dopaje que todos conocemos,
cuando fue a realizar su muestra de comprobación, y dar positivo, Diz Pe
desapareció de las redes sociales, no quiso contestar a muchas preguntas que
teníamos, y la primera, cómo estaba. Era una cuestión complicada, de vergüenza,
de haber fallado, contra su voluntad, a
sus hermanos de selección. Arturo no regresó a Cuba por pena, por un
sentimiento de vergüenza, y decidió como todo joven que se ve desesperado ante
un hecho tan desconcertante. Sabe que dio positivo, y eso lo apenaba aunque no
fuera su culpa. Por eso, pido, un segundo para reflexionar su nombre.
Maikel Chang y
Heviel Cordovés. Ambos tuvieron, bajo la mirada de Chander González, un
tremendo papel en los juegos Panamericanos de Guadalajara. Todos hablaron bien
de ellos. Sin embargo, el proceso clasificatorio rumbo a Brasil, que pasó bajo
la mirada del mismo entrenador, les corrió por delante sin tener el
protagonismo que ellos hubieran esperado.
Cierto es que no
es lo mismo Panamericanos, torneo U-23, todos con la misma edad, que una
eliminatoria mundialista, el nivel es superior, pero eso, ¿quién se los
explicó? ¿Quién habló con ellos, con dos muchachos de veinte años? Cuando los
vi en las gradas del Marrero, una vez, hablé con ellos, y les vi la tristeza y
decepción, en el rostro, en sus palabras. Cuando fueron a Canadá, fueron a
cubrir huecos. Sí, es cierto que dejaron al equipo con once, y Yaudel Lahera
con cinco puntos en la pierna tuvo que jugar los noventa minutos, pero eran
demasiado jóvenes para entender las verdaderas consecuencias.
Aquí, los
insensócratas están acostumbrados a pensar que quien “se queda” es por una
traición a la patria. Ese discurso vacío los lleva a puestos de decisión. Lo que
nunca hacen, es pensar lo difícil que es tomar la decisión.
Pero repito, pongo
a estos tres por estas razones, y sé que será complicado incluirlos.
El resto, reitero,
deben decidirlo los que de verdad están involucrados, los Raúl González Triana,
los Chander González, los jugadores de la generación de 2007, los del
preolímpico de 2008, los de 2015, los de la Copa Oro de 2015. Si todos ellos se
ponen de acuerdo en llamarlos de regreso, pueden llegar al nuevo Presidente
Cubano y hablar con él el tema. Son tiempos nuevos en los que se construye una
Cuba con Todos y para el Bien de Todos, pero es paso a paso, y es posible
lograr llegar hasta su oficina.
Excluyo, muy a mi
pesar, a Roberto Peraza, por la sanción que carga el jugador habanero; pero, si
tenemos en cuenta, lo lento del proceso de contratación, la cantidad de firmas
autorizadas, y la burocracia, sería más justo quitarle el castigo, y regresarlo
al equipo.
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