Por: Mario Herrera
La verdad este
será uno de los trabajos que más tristeza me de escribir.
Por estos días y
como hemos dado datos al respecto, se celebra en la sala polivalente Kid
Chocolate (o lo que queda de ella) el Campeonato Provincial de Futbol Sala de
primera categoría. La tristeza como es lógico no viene del evento sino de la
gente.
Actos de violencia
catalogable “Más que Estúpida” aparecen entre algunos de los malos aficionados
que asisten a la depauperada instalación que ya bastante hace con prestar sus
servicios con las luces básicas. Sí, la
nueva horda de “bravucones”, “guapos” invade y no solo desde la grada, también
asiste, corre, marca goles en el tabloncillo.
Esto hace que sea
necesaria la presencia de las autoridades de la policía que por supuesto
asistió un par de veces. Pero dejó de hacerlo. Los calores lograron que en
algún momento las gradas se encendieran y la cosa terminó en el tabloncillo;
por suerte se trató solo de algunos que entraron a protestarles a los árbitros
del partido, muy mal pagados, por cierto.
La decisión fue
elemental: Jugar a Puerta Cerrada. Lamentable, sí, pero no es el colmo.
El pasado martes
había un duelo atractivo, Habana Vieja contra Habana del Este, más de mil
personas esperaban afuera para entrar… las luces nunca encendieron.
“La mejor manera
de enfrentar la desgracia es prevenirla” me comenta Roberto Cuzo, miembro del
Comité Organizador del evento. “Ya hace rato hay gente que dice que va a hacer
y cuando te pones a ver, lo hacen”. De hecho, se suspendió la jornada completa
y se acomodará en otro momento.
Los agentes de la policía… bien, gracias, supongo.
Ahora hay varios
problemas a analizar. Primero: ¿esta es la verdadera sociedad cubana? ¿Esta
cantidad de individuos que no entienden nada de educación y que cuando andan en
grupo son más malos que el Diablo? ¿Qué vamos a hacer al respecto?
Dos: La mayoría de los jugadores de estos equipos vienen
de la calle, son muchachos que no han pasado por academias de futsal (si es que
existen y yo las desconozco), algunos crecieron en lugares y hogares
complicados por lo que heredaron las costumbres; incluso puedo decir que entre
ellos hay quienes encontraron en el deporte organizado una alternativa de vida.
Entonces por qué no aprovechar por parte de las autoridades policiales una
ventaja, un trabajo adelantado por voluntad propia y casi sin saberlo del
individuo para encaminar su rumbo.
Tres: Ya no es la
primera vez que sucede. Si usted es habitual de este blog debe haber leído los
trabajos del año pasado y verá que se repite el problema, entonces por qué no
cambiar de sede si las autoridades parecen prestar oídos sordos a la necesidad
de su presencia, para otro lugar donde sí se tenga conciencia de trabajo. (Claro
este es el punto más difícil porque hay que tener en cuenta que “todos los caminos
conducen a La Habana Vieja” y la sala es la sede por excelencia del futsal en
Cuba).
Cuatro: Este
problema ¿tiene o no solución?
Cinco: ¿Por qué no
han venido los Agentes del Orden Público a la instalación? ¿Por qué tan poca
importancia si conocen la Situación Operativa?
Seis: ¿Qué
demonios nos pasa a los habaneros que tenemos a veces cosas buenas y no tenemos
la menor idea de cómo disfrutarlas?
Siete: Póngala usted.
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