viernes, 30 de agosto de 2019

Ya empezamos mal


Por: Mario Herrera
 
 No por sabido dejaremos de hablar del tema. Cuba empieza mal, desde las oficinas, la Liga de Naciones de Concacaf.

 El portal digital de concacaf.com, anuncia que Cuba no jugará en el Estadio Nacional Pedro Marrero, sus compromisos como locales, en el evento regional que comienza el venidero sábado, 7 de septiembre, para nuestro equipo. Los llamados Leones del Caribe, rivalizarán ese día y el 10 del propio mes, frente a Canadá. Ese encuentro del 10 de septiembre, sería en calidad de local, pero sin La Habana.
Estadio Pedro Marrero, La Habana
 Desde el punto de vista económico, representa una derrota anticipada para nuestro país: se deja de recibir ingresos por concepto de viajes de ciudadanos norteños a la Mayor de las Antillas, que vendrían a disfrutar del encuentro. Ese dinero irá a Islas Caimán.
Aún no se sabe si se jugará en casa vs USA

 La Televisión dejará de percibir ingresos también; por el  contrario, tendrá que abonar ahora para que en Cuba podamos ver el choque.
 Amén de la preparación que hace el equipo cubano, que hasta donde conoce este redactor, no ha pasado de las fronteras nacionales, o más bien, regionales cercanas, la ausencia del “jugador 12” y de una cancha favorable (el terreno del Marrero) para los nuestros, puede representar una desventaja. Y no digo es una desventaja ya, porque siempre dejo un margen al equipo, capaz de cosas espectaculares.
Tampoco fue llamado ahora para CNL
 La imagen del fútbol cubano no es buena. Enfrentémoslo. Los resultados en la pasada Copa Oro, y otros eventos, la carencia de un argumento futbolístico visto en Estados Unidos, la salida y migración de varios jugadores de diferentes categorías desde hace varios años, la dejadez local, y ahora sumemos, la incapacidad organizativa para solucionar problemas y tener a punto las instalaciones deportivas nacionales, mellan a nuestro país. Súmele, la no incorporación de jugadores cubanos, que entran en la categoría “Elegibles”, por voluntad de funcionarios cubanos que no apoyarán el desarrollo del fútbol, por intereses cualesquiera y ninguno relacionado con algo verdaderamente serio y objetivamente decente, y menos aún, revolucionarios.
 He ahí otro problema. La falta de voluntad política, (o la voluntad “politiquera”) para tener logros reales y no inflados.
 Las constantes derrotas de la Comisión Nacional encuentran cada vez más espacio informativo. La mayoría de las veces con razón, y otras tantas, con razón en la base solamente.
Keko merece estar, al menos, en la Preselección.
 ¿Hasta cuándo tendrán que lidiar los jugadores, entrenadores, preparadores cubanos, con decisiones no acertadas? Antes que alguien me cuestiones cuales, les pongo como ejemplo no solo el no llamar a los elegibles para hacer al equipo más competitivo, sino llamar a otros, como Keko Fernández, Beto Gómez, Eugenio Palmero o Buena Fé Nápoles, de comprobada calidad, pero, en el caso del primero, con la mala voluntad de los que corrieron delante de él en 2012, cuando era un niño. No incluyo al "Maestrico" Peraza por lesión.
 No jugar en Cuba, no llamar a los cubanos, no tener respuesta mediática a publicaciones externas, censurar y atacar al único espacio capaz de acercar al tan influido público cubano (con el fútbol internacional) con nuestro fútbol, o sea, al que lógicamente es un aliado estratégico, y si me hace críticas reales, mejor. Pero no, hay que atacar. Mientras tanto que se caiga el mundo; así, si no se juega en Cuba, garantizamos un viajecito.

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