Por: Mario Herrera
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siguientes palabras clave: pelea, árbitros, jugadores, futbol, y verá que
rápido aparecen imágenes y noticias. Exactamente 422,000 resultados en 0.46 segundos.
Pronto veremos la vigésimo
primera edición de la Copa del mundo de Futbol, Rusia 2018, y hay cuestiones,
criterios, que me gustaría compartir. En marzo de 2018, el astro argentino
Lionel Messi fue sancionado por la FIFA a cuatro partidos sin jugar, debido a
ofensas contra un asistente en duelo que enfrentaba a su Selección, y a Chile, en Buenos Aires.
Messi fue, menos que
amable, con la persona más querida para cualquiera.. La sanción de cuatro
encuentros parecía excesiva para muchos, sobre todo, por lo mal que la pasaba
Argentina en el proceso clasificatorio, y sacaba entonces al jugador, de la recta
final, donde se la jugaban el todo por el todo.
En un comunicado, la FIFA
informó que la comisión disciplinaria, aplicó los artículos 77 a) y 108 del
Código Disciplinario del organismo. Lo que complejizó el asunto, fue la
actuación “de oficio” del ente rector del futbol mundial, pues los árbitros no
recogieron el incidente en el informe final, y, específicamente el asistente
número 1, dijo no haber escuchado nada ofensivo; que después, a través de la
prensa, fue que entendió de qué se trataba y además, fue respaldado por sus compañeros,
todos brasileños.
La FIFA indicó, en el momento de abrir un procedimiento, que
la Comisión Disciplinaria tiene "la competencia de sancionar faltas graves
que no hubieran sido advertidas por los oficiales del partido".
La
Asociasión de Futbol Argentino interpuso recurso contra la decisión de FIFA.
Después, usted conoce la
historia, la sanción fue levantada y Messi solo se perdió el choque frente a
Bolivia, que además, cedió Argentina 0-2. La falta de pruebas exoneró al
jugador. Solo existía la imagen de la televisión.
No me quiero centrar tanto en
este asunto, sino, en el por qué creo, no debió ser levantada la sansión.
En
septiembre de 2016, el chileno Gary Medel fue expulsado de un encuentro frente
a Paraguay, por las mismas ofensas, solo que contra el árbitro argentino Nestor
Pitana.
De hecho, la frase utilizada estaba dirigida a todos los argentinos, y
recibió cuatro partidos de suspensión. Pitana sí anotó en el informe, el
detalle
Pero seguimos. Nos vamos a México, donde, en el torneo clausura 2017,
la décima jornada no se efectuó debido a una huelga de árbitros. Estos
consideraron que no tenían apoyo de la Federación, tras las agresiones a sus
compañeros, y la sanción de algunos partidos para los jugadores, todo, según
medios mexicanos, debido a la presión de
patrocinadores y televisión.
Cuba no escapa al fenómeno. En la liguilla cubana,
el principal Marcos Brea y jugadores de Las Tunas, tuvieron un altercado que
sacará a todos los implicados, al menos por un par de años, de las
competiciones oficiales.
El fenómeno va también para las principales ligas del
mundo, como sucedió en España, cuando Alexis Ruano agredió levemente al
principal tras una expulsión, y le costó. Árbitros han perdido la vida, en
altercados con jugadores. También entenadores han chocado con los colegiados.
Juan Carlos Osorio se ha hecho famoso en México por las broncas en defensas de
sus jugadores, como el choque frente a Nueva Zelanda, o versus Portugal, en la
Copa de las Confederaciones.
En segunda división de España, un jugador golpeó a
un asistente y lo envió al hospital. Este atleta fue expulsado del club y de la
liga de manera definitiva, y hemos llegado al punto, en el que, entenadores de
categorias inferiores, o sea, de niños, insultaron a una árbitro, también menor
de edad, durante un encuentro en la duodécima jornada de la liga de Alevines
del futbol español, en Valencia.
Resúmen: Los árbitros son seres humanos, como
los jugadores. Todos cometemos errores, y nadie insulta a un jugador cuando
falla un gol tantas veces, pero en una de las opciones, anota.
Al árbitro, sin
embargo, lo criticamos por las malas decisiones. Algunas pueden costar, pero
rara vez se le aplaude o reconoce las buenas. Sin embargo, la agresión no puede
ser la solución. La violencia nunca termina bien, o acaso usted golpea a un
policía de tráfico por amonestarlo.
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