Por: Mario Herrera
Si hay algo que me
ha dejado perdido, botado, sin encontrar la lógica, es la participación del
equipo cubano de ciclismo de pista en el Panamericano de Aguscalientes, México,
cuando esas mismas muchachas tenían el derecho de asistir al Campeonato Mundial
de Ciclismo de Ruta con sede en Doha.
Quizás sea puro
romanticismo, pero es que hasta le veía oportunidad a Arlenis Sierra de estar
dentro de las primeras e incluso, buscarse un contratico en Europa con un club
Profesional Continental, y por qué no, en uno Pro Tour femenino.
Un documento de la
Unión Ciclista Internacional daba a Cuba 5 cuotas para asistir a este gran
evento; además, le ofrecía un acceso directo a la campeona panamericana de
ruta, Iraida García, junto al resto de las titulares continentales.
Sin embargo,
nuestro país, o sea, los titulares del deporte de las bielas y los pedales en
el archipiélago, decidieron asistir a Aguascalientes. Quizás fueron razones
económicas. México es cerca, el gasto muy inferior a cruzar el océano e irse
hasta Doha, Qatar, lugar mucho más caro.
También podríamos
considerar el hecho de los títulos alcanzados en el Panamericano de Ciclismo de
Pista, algo que no lograrían en el mundial, donde el nivel es realmente alto,
pero desde mi punto de vista, es el verdadero nivel de nuestras pedalistas.
No sé qué piense
usted, pero hubiera preferido asistir al mundial, aunque me cueste. Las cubanas
ya están a esa altura, Arlenis, Iraida, Marlies, son pedalistas para grandes
cosas. Se les queda pequeño ya un Panamericano de pista.
Era también la
oportunidad de Arlenis Sierra de desquitarse el ponche en Río 2016 y mostrarse
al mundo como la rutera tremenda que es.
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