Por: Mario Herrera
La AFC necesita cambios |
Hoy en
la mañana el SMS me levantó con una dolorosa noticia: habíamos perdido en la
Copa de Naciones del Caribe 0-3 frente a Guayana Francesa.
Para
mí fue un golpe en el estómago sin desayuno ni aire para reponerse.
He
buscado las notas y por supuesto, casi nadie habla de ese tema; solo Yisel
Filiú lo dio en la Revista Buenos Días y hace apenas 3 horas Radio Nuevitas lo
subió a su página web. EN el sitio de la Unión Caribeña de Fútbol la
información es bien escueta y se limita solo al resultado en un pequeño
párrafo, pero sin highlights ni nada.
Como muchas
veces sucede, hubo que remitirse al El Blog del Fútbol Cubano de Mario Lara
para saber lo sucedido. Al no vivir en Cuba tiene otras opciones para acceder a
algunas informaciones que nosotros no poseemos.
Pero
bien, ya olvidémonos de los goles de Loic Baal al 24´, Alex Eric al 44´ y Ray
Contout al 64´. Olvidémonos de lo mal que jugaron según Lara, de los
desaciertos en las alineaciones, en fin, de tantas cosas que provocaron que Cuba
no pasara a la siguiente ronda en un grupo que otorgaba 2 cupos para discutirse
entre 3 equipos.
Olvidemos
eso. ¿Dónde están las causas? ¿Qué las provocó? ¿Quiénes tienen responsabilidad
en agravar las cosas hasta este punto? ¿Cuáles serán las consecuencias de esta
eliminación temprana?
Apenas
ponga la primera letra, se vendrán las críticas sobre cuánto se conoce o no de
fútbol, o de dirección, o los cuestionamientos de lo hecho por el fútbol cubano;
pero no cabe duda que aunque digan que es fácil la posición de quien escribe
porque nada hace o tiene que ver con “la realidad”, lo cierto es que hay que
escribir y decir las cosas y demandar los cambios.
No
seré un acusador, pero trataré dentro de la ética de expresar mi opinión.
Este
camino desastroso no comienza aquí. Comienza con un campeonato nacional que
carece de recursos para hacerlo más extenso. 18 fechas para un torneo no es
suficiente; es más, eso es nada para mantener al atleta en forma. Pero tampoco
podemos hacerlo más largo pues las condiciones, y no hablo solo de transporte y
hospedaje, sino de los terrenos, algo muy elemental, no están para que los futbolistas
cubanos jueguen mucho más y ahora sí sumo transporte y hospedaje.
Los
atletas más veteranos dirán que ellos no tuvieron nada de eso, pero es que
tampoco el nivel había subido tanto ni en los países el fútbol se había
convertido en un negocio tan rentable como lo es hoy y será más difícil en lo
adelante. Pero no se pueden jugar solo 18 fechas. Es una aberración y se tiene
que solucionar. Mientras más se juegue, más nivel, en teoría, adquiere el
jugador.
Pero
entonces entramos en otro tema: ¿Puede un jugador tener nivel en las
condiciones de los terrenos-potreros de Cuba? NO lo creo. Las canchas cubanas
deforman las cualidades que puedan tener los atletas con muy pocas excepciones.
Pero… ¿quién
les dice a los habitantes de Manatí que no jueguen en su estadio y que éste
solo se usará para el Nacional? ¿O la Maceo en Santiago? El alcance social de
nuestro sistema hace que casi todas las instalaciones deportivas estén al
servicio del pueblo, y digo casi, porque los estadios de beisbol que son
utilizados en la Serie Nacional, no los toca ni Dios. ¿Por qué no hacer lo mismo
con los oficiales para el fútbol, ya que no hay cómo instalarles regadíos y
dependemos de las cada vez más escasas lluvias?
La
contratación de jugadores es lenta, desde los primeros en tener opciones y
desde que se anunció la posibilidad hasta estos pioneros y de ahí en lo
adelante, el proceso va muy lento, pero ojo, no es lento solo por aquí
solamente. En el viaje de preparación para el repechaje frente a Panamá, los
nicas y hondureños solo posaron sus ojos en Daniel Luis Sáez, el resto carecía
de interés. Pero aún Daniel está en Cuba. ¿Qué pasó con la opción Portugal? ¿Por
qué nadie habla al respecto?
No hay
patrocinios en Cuba que permitan obtener recursos para mejorar las condiciones
internas. Al INDER no le hace mucha gracia eso de ceder derechos a cambio de
recursos económicos (y eso que la FIFA impide la intromisión de los gobiernos
en los asuntos del fútbol). Pero en el mundo entero el patrocinio permite el
desarrollo del deporte y del atleta. Mucho se critica al atleta como mercancía.
Ningún atleta es mercancía si no planea serlo. Y los patrocinios son
NECESARIOS.
Pero
más acá, más cercano. Los cambios constantes de dirección de los entrenadores
de la selección también tienen su granito de arena en este reloj que nos ha dejado
enterrados. A Alexander “Chander” González se le separó de la Sele por haber
perdido chances en la eliminatoria rumbo a Brasil, acusado por algunos de
utilizar el torneo como preparación para la Copa de Naciones del Caribe de ese
mismo año, y por las declaraciones supuestas dadas en la conferencia de prensa
en Canadá sobre “temas complicados” para la politequería de los oportunistas.
Substituido
por Walter Benítez, con lógica pues era su asistente, y logró el título en la
Copa con el mismo grupo de trabajo. Pero removido tras incidente disciplinarios
de algunos de sus jugadores en Jamaica en una gira de preparación.
Raúl
González Triana retomó la selección pues se preveía una renovación donde se
utilizaría como base al equipo que estuvo en el mundial de Turquía, los juegos
de Veracruz y que tan buena imagen habían dejado. Pero fracasó en el camino a Rusia en su primer
duelo con polémicas internas incluidas, no con los jugadores, fieles al entrenador,
sino con otros directivos de la AFC.
Tras ganar el cupo a la final de CONCACAF en
categoría preolímpica y enredarse el grupo, no llegó a tiempo a la Copa Oro 2015,
pero logró el pase a cuartos, no sin antes perder el equipo a seis de sus
miembros, incluido Ariel Martínez, corazón de ese grupo y generador de fútbol.
EN el
preolímpico se fue otro tanto, al punto de jugar ante Canadá con los once más
uno. Pero la forma de perder el repechaje frente a Panamá quizás hizo que lo
cambiaran para darle paso a Julio “Lulo” Valero. Digo quizás porque nadie sabe
qué sucedió, solo se anunció el cambio.
Lulo
tiene el mérito de haber ganado con Camagüey el campeonato cubano, pero ninguna
experiencia como DT de un equipo Cuba y pagó con creces. La idea de transformar
a jugadores en otras posiciones, de cambiar esquemas, no le funcionó. EL ser
asistente en algún momento y ganar el nacional no creo sea aval aun. Y menos
tras iniciarse la temporada. Los cambios de entrenadores no deben hacerse tan a
la ligera sobre todo cuando no hay en Cuba quien tenga suficiente experiencia y
menos internacional. SI el cambio lo hicieran por uno extranjero, pero no uno
mediocre como sucedió en 2008 con el alemán Reinhold Fanz, lo aceptaría, pero
en este momento, a menos que llamen a Chander, en Cuba no hay muchos técnicos
con experiencia. Si me preguntaran, apostaría por Fidel “Jiquí” Salazar, Dariem
Díaz, el propio Walter (aunque no me gusta su juego, pero eso es un criterio
personal), pero no era tiempo de Lulo Valero.
Sin economía,
con la pérdida constante de jugadores importantes en el exterior, no solo por
abandonar la selección en eventos internacionales, sino también por migraciones
y pienso ahora mismo en Jorge Luis Corrales, Marcel Hernández o el “Chino”
Morales; sin ideas a la hora de organizar las cosas, con decisiones apresuradas
y a veces, gastos excesivos por falta de organización, como el traslado de la
olímpica antes de la Copa Oro, estamos mal.
Las consecuencias
son desastrosas. No habrá evento para la selección mayor en buen tiempo, no
hasta después de Rusia 2018 y el comienzo de una nueva era eliminatoria. No
habrá chances de mostrar a los jugadores para ver si algún club se interesa en
ellos. La generación de Turquía y Veracruz envejecerá sin elevar su nivel
cualitativo y tendrá cada vez más lesiones por falta de mantenimiento en las
canchas-potreros cubanas. La política de no aceptar de regreso a quien salga de
forma legal y busque el contrato por su cuenta (Jorge L. Corrales y Marcel Hernández,
Carlos Borromeo, Aliannis Urgellés, Morales, entre otros) evita que los
jugadores cubanos que están aquí salgan a buscarse la suerte a falta de las
gestiones que pueda hacer la AFC y si lo hacen, ya no contarán para nosotros,
lo que sería lamentable.
Las
generaciones que vienen en camino son las únicas que pueden sacar la cara de
momento y tendrán que lidiar con el hecho de que el estado cubano prohíbe la
contratación de menores de edad (aunque me pregunto si Melissa Vargas con sus
14 años no es menor, claro, ella viajó con sus padres). Pero solo ellos tienen
eventos oficiales en el futuro inmediato.
De
momento, creo que debe haber cambios en la dirección de la selección, pero
también en el seno de la AFC, pues tantos fracasos juntos no son casualidad.
Uno, dos o tres son casuales, pero ya van otros y aunque sí, hubo logros,
estuvieron más ligados a lealtades y corazones amarrados al DT Raúl González
Triana que a aciertos de la dirección de la asociación.
Las
fechas FIFA tienen que manejarse y jugarse con inteligencia pues las Sub 20 y
Sub 17 tendrán procesos eliminatorios pero también la mayor necesita preparase
fuerte para borrar este pesado y maltrecho tramo de la historia del fútbol
cubano. Hay dos años para el próximo proceso y debemos tener personas con inteligencia
y corazón metido de a lleno en rescatarnos.
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