Por: Mario Herrera
Se me acercó con ganas de contármelo, orgulloso. Me dijo:
“Entre ustedes, hay quien habla de que a
Caterine Ibarguen la descubrió un cubano, pero no saben quién. Te lo digo, fui
yo.”
No les voy a negar
que la noticia así, de golpe, me llegó de manera impactante.
Era una tarde de
sábado. Yo, conducía el Espectáculo Que Gane el Mejor, en la Carpa Trompoloco
del Circo Nacional de Cuba. El show, intenta recrear una competencia deportiva
entre dos equipos de arte circense, y tiene siempre a una Gloria del Deporte
cubano como invitado y Presidente del Jurado.
Él era mi primer
invitado.
Alterno los fines
de semana de trabajo con el colega Dayán García. Dayán hizo el primer fin de
semana, y este, el segundo, era mi turno. Ahí estaba el invitado, el Profesor
Jorge Luis Alfaro Quiñones.
Varios resultados
internacionales le avalan la experiencia competitiva, sobre todo, a fines de
los setenta y mediados de los ochenta del pasado siglo. Trabajó, después de
graduado en Licenciatura en Pedagogía, en equipos nacionales, como entrenador
de salto. Ayudante del Profesor Guillermo de la Torre, también tuvo que ver con
los éxitos de Javier Sotomayor, entre 1992 y 1993.
Después, con los
niños, se especializó en la captación de talentos.
Colaboró también
en otros países. Malasia o Colombia pueden dar fe de ello.
“A Ibarguen la vi en un pueblo de interior.
Era una niña de pocos recursos. La primera competencia a la que fue, recuerdo,
me impresionó. Ella perdió, pero cuando lo hizo, se sentó en suelo, con un
berrinche, y le entró a trompones al suelo. Justo ahí me dije: esta niña es de
competencia. A esta es a la que quiero promover, porque es competitiva. ¡Qué
genio tenía esa niña! Y no me equivoqué”.
“Ella siempre habla de nosotros, los cubanos.
Siempre nos agradece haberla descubierto. Hoy día es la más grande, será historia”.
AL Profe le queda
también la suerte de entrenar a Lee Hup WEI, de Malasia, en sus días al frente del
equipo nacional de ese país.
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