Por: Mario Herrera
Estas son líneas difíciles. El
Habana Equipo de Futbol ha quedado eliminado de la Liguilla de la Liga Nacional
de Futbol de Cuba. No es solo el hecho de estar eliminados, es la forma, el
cómo quedaron fuera.
Uno de los equipos históricos,
fuertes, de mejor movilidad de balón; un imprescindible del futbol cubano,
vivió una de las campañas más tristes de su historia.
Hay varias causas. El equipo ha
tenido que renovarse de forma continua los últimos cinco años. Cuando se saca
dinero del banco, y no se ingresa, eventualmente te quedas sin fondos. La
actual dirección no supo cómo reemplazar las pérdidas.
Los azules recibieron 12 goles en la
primera ronda de la fase de grupos, jugada en Cienfuegos; Andy Baquero, anotó
al minuto 43´, el único gol de esa ronda, y además en el sexto juego efectuado.
Dos empates y cuatro derrotas, tres de ellas por goleadas.
Se aceleró la convocatoria de
jugadores juveniles que tienen talento, pero les falta campeonato nacional y
carretera. Se dio baja a jugadores que debían aparecer en una situación tensa
como la que se vivía, y para colmo de males (pero de bienes para el futbol
cubano), se contrata en el exterior a una de sus principales figuras. A eso
súmele las lesiones serias de otros miembros del equipo. En el plano interno,
según refieren personas cercanas al equipo, no había un seguimiento al profesor
Luis Manuel Elejalde, tal como lo tuvieron las cuatro campañas anteriores con
Dariem Díaz.
Precisamente, el ex entrenador tuvo
su primera experiencia en una liga profesional. Dariem solicitó el permiso para
probarse fuera, en Antigua y Barbuda, y trató de que le permitieran entrenar al
Habana a su regreso, con el seguimiento a través de la comunicación constante y
dejado adelantado el plan de entrenamientos, que sería similar al de años
anteriores. Sin embargo, no le fue posible y los cambios en el formato, no
ayudaron. Junto a Dariem, un total de seis jugadores de los titulares también
salieron a probar que tenían calidad para jugar de forma profesional en la liga
antiqueña. Algunos de ellos sufrieron cada derrota capitalina, y deseaban con
ansias el regreso para incorporarse al equipo azul y darle vuelta a la
situación. Tres de ellos regresaron y se unieron. No regresó, por cuestiones de
la edad, el Puya Caballero, ni regresó Yosvani Vinnent, quien era el conductor
y líder del conjunto en el mediocampo.
Los tres que regresaron, mejoraron
por mucho la defensa, unidos a otros que se incorporaron de las lesiones. La
Habana permitió siete goles en seis juegos, tres ante Santiago en un encuentro
que no debió celebrarse y con un equipo echado para adelante, en la búsqueda de
anotar. Esta vez mejoró, pero solo marcó un gol, nuevamente Andy Baquero, al
67´ del tercer partido.
En general, cinco empates en doce juegos
ugados, dos goles anotados y veinte recibidos.
NO hay palabras ni justificaciones.
La Habana descenderá a segunda división.
Tendrá que jugar ascenso para 2018. Con ellos, desciende la posibilidad también
de que la televisión transmita un escenario diferente y poco más decente de
nuestro futbol, cada vez más afectado por las pésimas decisiones de quienes lo
manejan.
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