Por
Félix Anazco Ramos y Amaury M. Valdivia Fernández
Los hechos, como las matemáticas, son
incuestionables. Y más en el deporte, donde cuentan los resultados por encima
del trabajo y las circunstancias que muchas veces solo conocen los atletas y
quienes les rodean. Puede parecer injusto pero es así. Como en cualquier otro
espectáculo, el público solo percibe los resultados, la concreción del
esfuerzo. De lo demás, la mayoría ni se entera.
La historia camagüeyana del
presente Campeonato Nacional de Fútbol viene como anillo al dedo para ilustrar
el asunto: luego de triunfar incuestionablemente en la anterior temporada, los
Miuras han sido víctimas de los más diversos “depredadores”, acumulando
tropiezos incluso ante escuadras de segunda línea. Por eso, Adelante Digital
retoma el tema desde las opiniones de sus propios protagonistas.
HABLA EL
EQUIPO Antes de comenzar la campaña, atletas y técnicos reafirmaron su
compromiso de honrar la corona. Hoy, las perspectivas no son tan promisorias y
la mayoría de los implicados solo apunta a una mejora de desempeño que le
permita al equipo remontar posiciones y ubicarse entre las cinco o seis
primeras selecciones del país. Para hacerlo, cuentan con una buena preparación
física, considera Roberto Morejón, uno de los entrenadores. “Si bien hay quien
dice que no nos preparamos igual, esta vez los planes fueron los mismos y la
entrega de los muchachos no mermó. Es cierto que en algunos momentos estuvimos
convocados por la selección nacional, pero el resto del colectivo mantuvo la
exigencia y se cumplieron todos los objetivos. “Es importante señalar que
algunas de nuestras principales figuras han afrontado dificultades físicas; se
trata de viejas lesiones que afectan a internacionales como Dagoberto Quesada,
Armando Coroneaux, Yaisniel Nápoles y Ángel Horta”, agregó.
Nadie parece
entender las razones que mantienen a los Miuras transitando la senda de los
fracasos. Según “Hely” Horta, el jugador más valioso del torneo anterior,
“tenemos los mismos jugadores y las mismas ganas de ganar; es verdad que nos
duele que no nos hayan estimulado materialmente tras coronarnos, pero cuando
entramos a la cancha eso queda en un segundo plano y tratamos de demostrar que
aún somos los mejores. Solo que las cosas no nos salen. Creo que nos falta
humildad y también garra para remontar. Debemos ser capaces de levantar la
cabeza cuando estamos perdiendo”. Yoisel Salazar ve la situación un poco más
sencilla. “Los contrarios se han preparado para derrotar al campeón y nosotros
no hemos impuesto respeto sobre el terreno. El año pasado demostramos que
éramos capaces de hacer grandes cosas con poco, pero no podemos ganar 'como
indios' dos veces. Las malas condiciones en el transporte (varias veces han
llegado a la sede en la madrugada de los días en deben jugar) y la poca
atención en comparación con otras provincias sí nos desmotivan. Sin embargo,
soy consciente de que estamos perdiendo, porque los demás están jugando mejor”.
Otros integrantes del equipo, establecieron comparaciones concretas: “hemos
llegado a implantar récords y nada. En Ciego de Ávila, por ejemplo, a los
refuerzos les atienden la familia y la acogen en la provincia; nosotros tenemos
al holguinero Malblanche y nadie se preocupa por sus problemas, él tiene hasta
que pagar de su bolsillo los pasajes en ómnibus”.
HABLA LA COMISIÓN El
encuentro con Ramón Zunzunegui, el comisionado provincial, se inicia con un
reclamo de su parte, que también hace suyo la Dirección de Deportes (Inder) en
Camagüey. “No estamos de acuerdo con el trabajo que publicaron la semana
anterior”, nos dice, “lo que pusieron allí no es verdad”. Su afirmación se basa
en las críticas de un artículo incluido en la última edición impresa de
Adelante, que ampliado, apareció originalmente en un sitio digital. “Es cierto
que a los muchachos no se les pudo dar todo lo que habían pedido para mejorar
sus condiciones de vida, pero resulta injusto afirmar que no han tenido
atención. No fueron ni una ni dos las actividades que les organizamos, sino
cinco, incluso una con los campeones del año 1977, quienes habían ganado el
último título de Camagüey en el campeonato nacional. Además les dimos otros
estímulos materiales –como módulos– y fueron protagonistas de una gala de
primer nivel tan pronto terminó el calendario oficial”, señala. Por eso no
comparte lo expuesto en esta página; siendo más exactos, lo cuestiona. “Se
debió comprobar mejor, venir a los entrenamientos, acercarse primero a los que
estamos dentro del fútbol a tiempo completo”. Para avalar sus argumentos, en el
Inder enumeran el trabajo que se realiza en todas las categorías del más
universal, la nueva academia-estadio que se construye en la capital provincial
y los esfuerzos que ha demandado un campeonato tan irregular como el corriente,
en el que han fallado los más diversos aseguramientos y muchas veces la
provincia ha debido asumir responsabilidades que le correspondían a la
Federación.
Así, este año los jugadores no han recibido todas las dietas que
les corresponden por los viajes a otras provincias (casi siempre azarosos y
llenos de retrasos), ni los uniformes y el calzado para salir al terreno (de
acuerdo con los directivos locales esos artículos se deben entregar cada dos
años y aunque se firmó un contrato con la empresa Joma, hasta ahora no han
llegado al país). “El ánimo de los muchachos es bueno”, asegura Zunzunegui,
para quien todavía es posible apostar por un puesto entre las mejores escuadras
del país, “estamos haciendo todo lo que está nuestro alcance y todavía queda
casi la mitad del calendario por delante. Para Camagüey esto no se ha acabado”.
HABLA ADELANTE: Al margen de la opinión del Inder y la Comisión del Fútbol en la
provincia, Adelante Digital mantiene sus criterios de la edición anterior,
emitidos al amparo de las normas que en nuestro país regulan el funcionamiento
de la prensa y desde una posición militante, que defiende a este deporte y sus
miles de seguidores en toda la provincia. Desde esa misma postura continuaremos
siguiendo el torneo, esperando que el equipo salga del mal momento que vive.
Para Adelante Digital allí está su principal compromiso.
PARA LOS QUE NO
LEYERON EL ARTICULO AL QUE SE HACE REFERENCIA, AQU´I LE DEJAMOS EL TEXTO DE FIDEL
ALEJANDRO MANZANARES.
Camagüey.- “Algo debes decir”, me pedía un colega. “Es
una barbaridad lo que está sucediendo”. Tuve que hacerle caso tras el último
fracaso en la Isla de la Juventud, en que los Miuras volvieron a quedarse sin
anotar y recibieron otra diana. Tres puntos al olvido. Pero es difícil escribir
de la derrota, de tantas y tan dolorosas derrotas. Por mi casa vive Yaisniel
Nápoles; el dato no es nuevo. Es mi amigo. Desde hace apenas un año es miembro
de la selección nacional pero está hiper desmotivado. Fue uno de los que viajó
a finales del mes pasado a la Guayana Francesa; otros cuatro camagüeyanos le
acompañaron. Cruzaron en una especie de chalupa un río inmenso. Al final,
salieron goleados y sin posibilidad de jugar la próxima Copa del Caribe. Ahora
cada sábado regresa a su casa resignado. Cada fecha que pasa es la misma
agonía. Pierde Camagüey. El equipo archiva 7 puntos de 24 posibles y cuando la
gente lo cuestiona en la calle él solo atina a mirar con cara de pocos amigos.
Está cansado. “Mi bro, fuimos campeones nacionales y no nos han dado ni un tubo
de pasta”. Parece haber una distancia entre la Comisión Provincial y sus
jugadores. Evidentemente hay problemas serios, que se agudizaron durante la
ausencia de “Lulo” Valero, el DT que los llevó a ser titulares del país. Para
colmo, al jugador más representativo de Camagüey en la última década, Armando
Coroneaux, ni siquiera lo tuvieron en cuenta a la hora del hacer el grado
internacional. ¿Resultado? Mandy se quedó sin aliento: hasta el brazalete de
capitán intentó dejar a un lado. No es el único. Al equipo, a mi equipo,
alguien le cortó las alas, el ímpetu. Ellos, que fueron paseados como héroes
romanos cuando ganaron la versión centenaria del Campeonato Nacional Fútbol,
ahora pasan desapercibidos. Duele escribir de la derrota. No sé cómo se las
arreglaron los psicólogos del Barcelona para estimular a los de Luís Enrique
después de ganarlo casi todo. Si alguien los ve, por favor díganles que se den
un salto por acá. Los campeones de la liga número 125 del mundo, según el
ranking de la FIFA, andan sin cabezas y sin pies, y nadie sabe cómo levantarles
el ego. No dudo de su vergüenza colectiva. Tal vez sea su forma de responder a
las malas prácticas y a la mediocridad administrativa.
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