Por: Mario Herrera
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El "Viyo" Odelín mostró la mejor cara de los cubanos ante Puerto Rico |
Realmente no
quiero echarle más leña al fuego. Mucho se hablará por los especialistas de la
decepcionante actuación de Villa Clara-Cuba en la edición actual de la Serie
del Caribe de beisbol.
El término decepcionante es el más discreto y
educado que se me ocurre. Desde mi opinión, no se trata de los juegos perdidos
sino cómo los perdimos. No me interesa caer
con las botas puestas pero caer sin
botas es harina de otro costal.
Desde el anuncio
de la presencia cubana en la serie se levantó una nube de expectativas
positivas que no se vieron correspondidas. Para algunos y me incluyo, nos
demostró el verdadero nivel de nuestra pelota, aunque aclaro que ese equipo
naranja que se vio en Isla Margarita no tiene nada que ver con el que juega en
nuestras series nacionales. La Naranja Mecánica campeona de la temporada 52 es
superior a esta versión pobre de beisbol.
Hay otras cosas a
tener en cuenta. La bienvenida no fue agradable. La derecha venezolana fue
agresiva y violenta contra los nuestros. Varios arrestos se dieron en los días
sucesivos de vándalos que a base de piedras, machetes, palos y armas de otro
tipo le dieron un “caluroso recibimiento a lo local”. EL propio Presidente Nicolás
Maduro se disculpó y habló al respecto.
Pero dicen los que
peinan más canas que antes era igual en muchos lugares y los hombres de
entonces se batían con quien fuera y después jugaban y ganaban dentro del
terreno. No sé, nunca estuve ahí aunque sí recuerdo a Cesar Valdés marcarle un
Ippon tremendo a algún anticubano cuando el tope contra los Orioles de
Baltimore, y mira que era medio masoquista el sujeto porque después recibió
cocotazos de varios de nuestros peloteros en Winnipeg 99 por la misma gracia.
Villa Clara-Cuba
llegó en un momento diferente. Estos equipos vienen de discutir el título de
sus ligas por lo que están arriba en el ánimo, la tensión de juego. Los
nuestros ya pasaron por eso hace meses, se relajaron y juegan ahora una segunda
etapa tranquila, de 42 partidos.
No voy a decir que
los otros tienen oficio. Para obtenerlo hay que jugar diariamente y eso lo
hacen nuestros peloteros que además cuentan con el beneficio de la economía
estatal y un apoyo que a veces no tienen otros deportes. Los nuestros tienen
oficio, horas de vuelo, pero creo que tenemos un techo y nos quedamos por
debajo del resto de los techos vecinos. Si bien no involucionamos tampoco hemos
evolucionado.
Súmele la salida
constante de jóvenes talentos, prospecto y peloteros importantes que buscan la
posibilidad de jugar en las Grandes Ligas. No creo que salgan por “la fama y el
dinero”, más bien por probarse en un techo superior para saber quiénes son
realmente.
Ahora vendrán los
analistas a estudiar lo sucedido, los cambios. Espero que llegue de una vez el
conjunto de normas jurídicas anunciadas que permitirán a los nuestros jugar en
otras ligas.
Aprendamos todos. Fuimos
los últimos en picheo, bateo y defensa. Esta es la última cara que quisiéramos
ver de la pelota cubana.
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