Por: Mario Herrera
Debo ser muy mal
chismoso porque me perdí la parte de cómo empezó, pero igual les contaré.
Me dicen por un
lado que lo vieron en Facebook una vez, le enviaron la solicitud de amistad, la
aceptó; después un mensaje que jamás respondió. “¿Y este que se cree?”
Preguntaba esa parte. No volvió a escribirle.
“Jamás vi ese
mensaje”, me dice la otra parte. “Y si lo vi ni me acuerdo”. Y pensé en mí y
tantísimas cosas que olvido a cada rato, incluidas las de ese mismo momento…
¿por dónde andaba?, Ah sí. Bueno, pues no la vio.